En la Edad Media la Iglesia tenía importantes funciones: mantenía la unidad de los creyentes, oficiaba las ceremonias religiosas, administraba los Sacramentos (bautismo, matrimonio, comunión), se encargaba de la enseñanza y de los hospitales, de asistir a los pobres y a los enfermos y justificaba la sociedad estamental.
Los creyentes tenían gran número de obligaciones: rezar, asistir a misa los domingos, ayunar en Cuaresma, confesarse y comulgar por Pascua. También recomendaba peregrinar a lugares santos como Roma, Jerusalén o Santiago de Compostela a adorar las reliquias de Cristo o los santos.
Pero la Iglesia también era una institución u organización feudal en toda regla: tenía grandes feudos cultivados por campesinos y cobraba, en su feudo y en los demás, un impuesto sobre la décima parte de la cosecha anual (diezmo eclesiástico)
- En lo alto el Papa, máxima autoridad, sucesor del apóstol San Pedro, que residía en Roma.
- Cardenales que asesoraban al Papa y también elegían a su sucesor en concilios (Curia Romana)
- Clero secular: formado por sacerdotes y párrocos en sus parroquias y obispos y arzobispos en sus diócesis.
- Clero regular (que sigue una regla monástica): formado por monjes y monjas dedicados a la oración residiendo en monasterios y conventos dirigidos por un abad o una abadesa.
- Laicos personas normales que ayudaban a los sacerdotes en las parroquias (sacristán).
La primera cruzada la convocó el Papa Urbano II en 1095 para liberar Tierra Santa prometiendo la salvación eterna a todos los que acudiesen a luchar en ella.
En ellas participaron campesinos, soldados y caballeros de toda Europa para conseguir no sólo la salvación sino también tierras y poder.
Al amparo de las cruzadas surgieron importantes Órdenes Militares como las de Santiago, Calatrava o la más conocida, los Templarios. Se encargaban primero de proteger a los peregrinos que viajaban a Tierra Santa y luego de proteger y luchar por los Lugares Santos.
CABALLERO TEMPLARIO (MOZAWEB)